![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQbP9IoPuX8xxWSOh5CEvpGYryf2yo9szwtvC_ZtQ1ONIieYfxU79CdRtPqCIywZAM9nWKzM26noG5oXlfrjsSIqimFGMpBEmr1s_YKD6GnqtSf7AM464U9EzHPKCI6wivQh_7fRi-7HVi/s1600/180px-Rayuela.jpg)
Subió
una mona a un nogal
y,
cogiendo una nuez verde,
en
la cáscara la muerde.
Como
le supo muy mal,
arrojola
el animal
y
se quedó sin comer,
Así
suele suceder
a
quien su empresa abandona
porque
halla, como la mona,
un
principio que vencer.
Como dice Gabriela Campbell (experta en literatura comparada): “La
diferencia entre un libro difícil y un libro que no merece la pena
es que por mucho que te cueste acabarlo, con el difícil lo intentas
una y otra vez, pero con el otro no".
Precisamente por eso, esta fabula de Samaniego es perfecta para
publicitar Rayuela de Cortázar, cuya prosa cansa y aturde a
mucha gente, por el hecho de que no se adecúa a la estética de la
que están acostumbrados a disfrutar.
Como las cosas que merecen la pena son las que se hacen de rogar,
propongo la siguiente frase para publicitar esta gran obra literaria
de Julio Cortázar:
No abandones en las primeras páginas, ya que, los libros cuanto más
difíciles, mejor saben.
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