En este anuncio desde un principio
llama nuestra atención la manera en la que aparece representada la
princesa Cenicienta. Se trata de una mujer enfermiza, ojeriza, con el
cabello despeinado y el vestido arrugado, despojada de la belleza
natural que desprendía en el cuento.
El escenario en el que se toma la
imagen es un hospital y para dar aún más sensación de mortandad,
lleva a cuestas un gotero.
Sabemos que se trata de Cenicienta
porque en un segundo plano vemos su zapato de cristal.
Esta no sería una imagen muy apropiada
para anunciar una fundación literaria, no obstante, le viene como
anillo al dedo por su eslogan: ''cuando un niño no lee, la
imaginación desaparece''.
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